Cuando andas por las callejuelas del casco histórico de tu ciudad, es probable que te hayas preguntado alguna vez cuál es el edificio más viejo de todos y, quizá, cuando ves películas de ciencia ficción, te des cuenta de las semejanzas que guardan esos escenarios con ciertas fotografías famosas tomadas en las calles más concurridas de Tokio, Nueva York o de otras grandes ciudades del mundo.

Para dar respuesta a estas cuestiones, vamos a intentar trazar una línea histórica de la arquitectura a partir de las primeras estructuras hechas por los seres humanos de las que existen registro. Este breve repaso, ilustra cómo cada nuevo movimiento se basa en el anterior y a pesar distribuirlo en arcos temporales, los períodos y estilos históricos no se detienen en puntos precisos del calendario, sino que fluyen y se retroalimentan entre ellos.

Las primeras construcciones prehistóricas

Hay que echar la vista mucho más atrás del casco antiguo de ciudades o pueblos, los arqueólogos han desenterrado formaciones artificiales bastante desconcertantes de registros que van más allá de la historia conocida del ser humano. El Göbekli Tepe de la actual Turquía, las estructuras monumentales como el Stonehenge entre otros yacimientos prehistóricos del sur de Gran Bretaña, algunas viviendas en acantilados en América y estructuras de paja y barro perdidas en el tiempo, son ejemplos representativos de arquitectura arqueológica. Los humanos construyeron montículos de tierra, megalitos y formas geométricas de piedra a las que se les ha atribuido como origen la observación del cielo que desencadenó en representaciones circulares del sol y de la luna.

Antiguo Egipto

Entre los años 3.050 a.C. y 900 a.C. destacan las monumentales pirámides llevadas a cabo bajo las órdenes de gobernantes despiadados. La madera era un bien preciado en el árido desierto, por lo que las casas se levantaban con bloques de barro cocido al sol. Ciertas inundaciones del Nilo y temporales desérticos destruyeron la mayoría de estas construcciones antiguas, por lo que la mayor herencia que ha quedado de esta etapa son los grandes templos y tumbas, construidas mediante una increíble ingeniería a base de granito y piedra caliza. La Pirámide Escalonada de Djoser o las de Giza son ejemplos de estas maravillas

Periodo Clásico

La arquitectura clásica hace referencia a los distintos estilos reseñables entre la antigua Grecia y la antigua Roma y está dividido en tres lapsos:

  • Griego: Entre el año 700 a.C. y el 323 a.C. surgió el orden dórico a base de columnas y se erigieron templos como el famoso Partenón de Atenas
  • Helenismo: Del 323 a.C. al 146 a.C. Grecia había colmado Europa y Asia, decorando edificios y templos mediante columnas jónicas y corintias.
  • Romano: Del 44 a.C. al 476, los romanos se apoyaron en la arquitectura anterior, pero la dotaron de mayor ornamentación, la llegada del hormigón también supuso la aplicación de arcos, bóvedas y cúpulas. El Coliseo y el Panteón de Roma son grandes ejemplos de este periodo.

La arquitectura Bizantina y Románica

Ambos estilos se dieron entre los años 527 y 1.200, las tradiciones orientales y occidentales se combinaron durante la época bizantina. Después, a medida que Roma se extendía por Europa, surgía una arquitectura más pesada y robusta con arcos de medio punto. Las iglesias y los castillos poseían gruesos muros y pesados pilares.

El período gótico

Esta etapa se dio entre 1.100 y mediados del siglo XV, una de sus mayores expresiones fue construida entre el año 1194 y 1220, la catedral de Chartres, en Francia, país precursor de este estilo. Destaca por sus arcos puntiagudos, bóvedas acanaladas, arbotantes y otras formas arquitectónicas que contrastaban completamente con sus predecesoras.

El Renacimiento

Entre el siglo XIV y el XVI, Italia, Francia e Inglaterra vivieron un proceso cultural de desarrollo sin precedentes dando pasa a una era del “despertar”. Andrea Palladio y otros constructores se inspiraron en el período clásico de la antigua Grecia y Roma, también se escribieron importantes libros sobre arquitectura y desarrollaron innumerables construcciones en las que destacaban elementos como la simetría.

El período barroco y el rococó

Entre 1.600 y 1.830 confluyeron estos dos estilos bastante relacionados entre sí. Las formas complejas y los extravagantes ornamentos, contrastes y caudalosos frescos son representativos de esta etapa. Estos elementos se encuentran en toda Europa y, en cuanto al rococó, se considera que surgió durante la última fase del barroco, construido de una forma más elegante, aunque compartiendo los patrones principales.

El Neoclasicismo

Para situar este estilo debemos abarcar el espacio entre 1.730 y el siglo pasado. El renacentista italiano Andrea Palladio supuso una gran inspiración para arquitectos neoclásicos ya que guardaba similitudes con el período clásico. El estilo neoclásico es más ordenado y simétrico que el barroco, refleja el despertar intelectual de las clases medias y altas de Europa durante el periodo conocido como la Ilustración.

Etas etapas constituyen una parte básica de la arquitectura. A partir de entonces, siguieron surgiendo estilos más modernos como el Art Nouveau, el Beaux Arts, la arquitectura Neogótica, el Art Decó y otros estilos modernistas entre el siglo pasado y la actualidad.